
La versión francesa de los hechos es unánime en atribuir a los
aliados toda la responsabilidad de la tragedia donostiarra y "Le
Moniteur Universel", periódico oficial del Gobierno, se apresuró a
publicar en su número del 29 de marzo el Manifiesto del 16 de
enero, como prueba de la crueldad y ferocidad de los aliados. El
comandante Clerc no vacila en hablar de degüello de la Ciudad: "La ville avait été égorgée et brûlée par ses alliés" (15). A su vez,
otro testigo militar exclamaba: "¿Hace falta decir que los españoles imputan a los ingleses el haber puesto fuego a la ciudad de San Sebastián, después de la rendición de la plaza, y de haberse entregado en ella a los mayores excesos? ¿Hace falta decir que, por esta acción indigna de un aliado, los ingleses han herido pro- fundamente a los habitantes de Guipúzcoa en sus intereses más queridos y aún más en su amor propio? Ya se sabe que no hay pueblo más sensible al ultraje que el pueblo español, y que conserva todavía algunos rasgos de aquel orgullo caballeresco que le
supieron imprimir el Cid y el Gran Capitán" (16).
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(15) COMMANDANT CLERC: Campagne du Maréchal Soult dans les Pyrénées occidentales en 1813-1814 (París, 1894), pág. 82.
(16) JOSEPH PELLOT: Mémoire sur la campagne de l'Armée française dite
des Pyrénées, en 1813 et 1814 (Bayonne, 1818), pág. 60.
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