jueves, 12 de septiembre de 2013

LOS RESPONSABLES DE LA DESTRUCCIÓN - Clamor por la justicia

La catástrofe de aquella "noche triste" de la historia donostiarra y días sucesivos fue de tal envergadura que hizo exclamar en sus Memorias a un teniente coronel inglés, testigo presencial de los hechos, que nunca en los anales de la guerra hubo un caso de más completa aniquilación que el de San Sebastián (1). Un hecho semejante tuvo que suscitar necesariamente el deseo de exigir responsabilidades a los culpables. Esto es natural que ocurra en cualquier espíritu ecuánime y celoso por la justicia, pero se explica que el clamor por la justicia adquiriese caracteres pasionales en las víctimas que padecieron en su propia carne desnuda los horrores del desastre y, lo que todavía es peor, vieron sufrir, padecer afrentas y morir a los seres queridos.

Pero, ¿quiénes fueron los culpables? Dicho en otras palabras ¿existía la posibilidad de pedir cuentas a las personas responsables?

La cuestión fue debatida desde los primeros momentos en que ocurrió el desastre, tanto en el cruce de documentos como en libros, en folletos y libelos como en los periódicos, y posteriormente ha saltado también en algunas ocasiones a las columnas de la prensa diaria.

Las opiniones al respecto admiten todas las hipótesis posibles:

I. Fueron los franceses
II. Fueron los ingleses.
III. Fue el rayo de la guerra.

No cabe la posibilidad de otra hipótesis, pues, como ya es conocido, las tropas españolas no tomaron parte ni en el asedio ni en el asalto de la Ciudad. Es verdad que el ejército español del general Mendizábal, en el que se integraban tres batallones guipuzcoanos, al perseguir a Foy después del combate de Tolosa, atacó el primero el 29 de junio la posición de San Bartolomé, donde fue rechazado por los franceses. En los días siguientes ocuparon Pasajes, haciendo prisionera a su guarnición de 130 hombres, y Guetaria, que evacuaron los franceses volando el polvorín. Pero Mendizábal, sin recursos suficientes de artillería para un asalto, se conformó con romper el acueducto que abastecía a la guarnición de un elemento tan esencial como el agua, y fue a reunirse con las demás tropas españolas en la frontera, dejando libre el campo del sitio  al ejército anglo-portugués, que lo ocupó el 10 de julio con las fuerzas que mandaba el general Graham (2). Si las cosas no hubieran ocurrido así y el asalto hubiera sido realizado por los españoles, seguramente el destino de San Sebastián habría corrido otra suerte, entre otras razones porque Mendizábal era partidario de atacar directamente el Castillo a través de sus laderas posteriores, con lo que las fuerzas francesas que guardaban las murallas hubiesen quedado desguarnecidas.

¿QUIÉN DESTRUYÓ SAN SEBASTIÁN? - JUAN BAUTISTA OLAECHEA

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