sábado, 7 de septiembre de 2013

EL SAQUEO Y LA CAPITULACIÓN - El ataque a Urgull

EL ATAQUE AL CASTILLO.
Lord Wellington, que por la ofensiva francesa iniciaba en la mañana del 31, no habia podido presenciar el asalto, visi tó la Plaza al dia siguiente, estudiando la situacion. Sus indicaciones se dirigieron en primer término, a asegurar la posesión de la ciudad, poniéndola al abrigo de cual quier posible tentativa de los sitiados; y al efecto dispuso guarnecer y aspillerar las casas prdximas a la falda del Monte Urgull.
Examinő y aprobó despues, el plan de ataque que le fué воmetido, y que se reducía a preparar laв baterfas de brecha en el hornabeque y a su inmediacion contra las baterías del Mirador, de la Reina y de Santa Teresa, y contra los muros aspillerados que batían la ladera del Monte; con esto y con el continuo fuego de morteros, se esperaba reducir a la mermada guarnición, pues la pendiente y la naturaleza del terreno del Monte excluía toda posibilidad de un ataque regular. (2) La pequeña batería de Santa Clara quedó guarnecida desde el dfa 1º de Septiembre, con un oficial y algunos soldados de la Compañía de Douglas. Durante ese día las baterías del Chofre mantuvieron un fuego continuo sobre todas las baterfas del Castillo. Ni en el día 1º ni en el 2 se pudo efectuar trabajo alguno. La guarnición mantenía aun un puesto avanzado en el convento de Santa Teresa, cuya parte baja la ocupaban tropas del 9º inglés; y como desde el recodo de la rampa de ассево al Castillo se batia la subida a la iglesia y el pаво а Santa María, constituyeron los ingleses en la desembocadura, una barricada con muebles, colchones y arrimando cadáveres de los que al cruzar tan pequeño espacio fueron seguro blanco de los tiradores franceses: pero para el día s1- guiente ya pudo establecerse comunicación más fácil a través de las casas prdximas. El fuego de obuses y morteros siguid hasta el día 3 al mediodía; cesando por haber izado la bandera de parlamento en el Castillo; un Oficial se entrevistó con el Coronel de E. M. de Lancey, solicitando en nombre del General Rey. una tregua de algunas horas pera trasladar sus heridos al Hospital; aprovechan do esta ocasión para dirigirle una intimación, que fué rechazada por Rey, quien imponia la condición de que se le permitiese retirarse libremente con los restos de su guarnición, si en el término de 15 dfas no era socorrido, lo que Sir T. Graham no podía aceptar en aquellas corcunstancias. 
Estas negociaciones ocuparon algunas horas de la tarde, y durante ellas cambiaron impresiones oficiales y soldados sitiadores y sitiados, que ocupaban los puestos avanzados, de lo que dedujeron los oficiales ingleseв confirmándolo algunos desertores franceses que la guarnición estaba agotada y deseosa de rendirse, manteniéndose solo por la férrea voluntad del General Rey. En la noche del 3-4 se empezd la construccion de la batería nº 8. junto al Reducto de las Medias Lunas, para tres piezas, y la nº 9, en el terraplen del hornabeque para 17 piezas de 24. En la batería nº 15 se desmon taron las piezas para enviarlas al sector izquierdo. DIA 4. La jornada de este día transcurrid en forma parecida a lоs dias anteriores; los sitiadores mantuvieron el fuego de sus morteros y obuses, no correspondido por los sitiados, pues de las contadas piezas del Castillo no quedaban en servicio, más que los 3 morteros de 12 pulgadas, un obus de 8 sin proyectiles, un cañón de 6 y otro de 4. Aunque en el frente de mar había 3 cañones de 24 y uno de 18, en condiciones de servicio, no se disponía de medios para transportarlo a las otras obras. 
i adn los grupos de ingleses que trabajaban al descubierto en las baterfas fueron molestados. En las inmediaciones del destruido puente de Santa Catalina, instalaron los zapadores ingleses un puente volante para el transporte de las piezas de Artillerfa, que no llegd a prestar grandes servicios, pues el Coronel Dickson prefirid hacerlas cruzar el Urumea por un vado durante la baja mar. Las municiones y efectos se transportaron sin interrupeión por el puen te volante y por medio de pequeños botes.
DIA 5. La resistencia de los franceses habfa 1legado ya hasta donde las fuerzas humanas podian alcanzar. En este dia convocd el General Rey a los Jefes del Cuerpo y servicios, que constituian el Consejo de defensa; en uno de los locales del pabellon del Gobernador se reunieron el Jefe de E. M. de Songeon, el Comandante de Armas de Sentuary, el Comisario de Guerra Duquilie, el Comandante de Artillerfa Brion, el Teniente Coblet, en quien había venido a recaer el cargo de Comandante de Ingenieros, el Jefe del Batallon Thomas, del 34º, y el Capitan Blot, que se había hecho cargo del mando del 622. Expusoles el General Rey la situación, que fué examinada brevemente. pues era tal, que no cabía la menor divergencia, en la apreciación. Sufriendo un fuego incesante, del que nada les protegía, pues eran un corto mimero,. los abrigos a prueba, desprovistos de Artillería para devolver ni aun una parte del daño que recibían, y sin la más remota esperanza de socorro exterior, la situación de los sitiados era realmente desesperada. En el almacén próximo a la batería de Bardocas se habian hacinado 26 oficiales у 340 воldados heridos, que ni aún estaban protegidos contra las bombas lanzadas por los morteros del Chofre. (1)
La guarnición distribuida en las defensas buscaba un asomo de protección en los repuestos; al resguardo de los muros 6 en algunas angostas trincheras penosamente excavadas en la roca. En vista de todo ello, se convino por unanimidad en poner término a aquellos sacrificios, facultando el General Rey para proponer la capitulación cuando lo estimase oportuno. (1) En la noche del 5-6 se continud en el campo inglés la preparación del artillado de las nuevas baterías. Desde la bateria nº 5, se llevaron treв cañones de 18 a la nº 8; de la n 6 sе вacaron tres piezas de 24, que se llevaron hasta el foso del hornabeque. Desde el Chofre se pasaron otras quince desde le miemo calibre por el vado del Urumea.
ción cuando lo estimase oportuno. (1) En la noche del 5-6 se continud en el campo inglés la preparación del artillado de las nuevas baterías. Desde la bateria nº 5, se llevaron treв cañones de 18 a la nº 8; de la n 6 sе вacaron tres piezas de 24, que se llevaron hasta el foso del hornabeque. Desde el Chofre se pasaron otras quince desde le miemo calibre por el vado del Urumea. 
DIAS 6-7. La situación permanecid estacionaria en el curso del día 6. Desde el Monte Urgull se hizo algún fuego de fusilería sobre los puestos avanzados ingleses, instalados en las casas próximas al Monte, y en las torres de las Iglesias; también hicieron los sitiados algun disparo con una de las piezas de 4, que se montd en la batería del Mirador, Los ingleses montaron otra pieza de 24 en la Isla de Santa Clara, y durante la noche terminaron el artillado de la gran batería del hornabeque, nu 9. y En el día 7 se trabajć activamente en el municionamiento de las baterías en la preparación del guego de la mañana del día 8, del modo siguiente:
SECTOR IZQUIERDO. Bata. Nº 7------3 0. de 24- Id." 8------3 0. de 18 Id." 9-----17 C. de 24 2 0. de 24 Id. No 10---- Un obís de 8 pulgs. -----Batir en brecha el Mirador. id. la batería de la Reina. id. ambas obras anteriores. id. las defensas bajas del Monte. Urgull y enfilar la vertiente: Norte.
SECTOR DERECHO. Bata Nº 11- -----2 0. de 8 pulgs.-------------Batir el Mirador. Bata N 13- Bata N 14- Un M. de 12 pulgs.-----Batir el revés del Castill0. 5. M. de 10 id. 5. 0. de 8 id. 4 Carronadas de 68 6 C. de 24 Bata Nº 16---- 4 M. de 10 pulgs. Bata Nº 17- -- 6 M. de 10 pulgs. Batir el Castillo. Batir el Mirador. Batir el Castillo y el revés del Monte Urgull.
Reunidnse por tanto 59 piezas para batir el Monte Urgull y sus defensas; no todas estaban en disposición de prestar largo servicio (1), pero era de pr sumir que no fuera necesario.
DIA 8. A las 9 y 1/2 de la mañana, las baterías estaban guarnecidas y los sirvientes en sus puestos. A las 10, el Coronel Diokeon, que estaba en la batería del hornabeque, dić la señl para romper fuego, que continud con extrema violencia. "En la batería, dice el Coronel Leith, tras de las piezas de 24, de cuyas bocas salía un trueno incesan el 8e te, el ruido de las otras baterías no se percibía; pero mirando en derredor percibian columnas de humo que ascendían de todas partes, en tanto que el polvo y los fragmentos de roca que saltaban de las manposterías del M1- rador, mostraban la perfecta puntería y el abrumador efecto de la artillería inglesa". (2( La situacidn de los franceses, bajo aquél huracán de hierro es dificil de concebir en todo su horror; sobre la reducida extensión de los adarves del Castillo, ni un proyectil era perdido, las contadas bovedas a prueba iban ya siendo demolidas y las bajas aumentaban por instantes, sin que pudiera devolverse un disparo, lo que despertaba en los oficiales un sentimiento desesperado de imponente colera. (3)
-CAPITULACION.
El dfa 8 al mediodía, cuando ya las baterías del Mirador y de la Reina estaban en lastimoso estado, borrados todos sus merlones y deatruidas sus cañoneras; y cuando el castillo todo estaba casi demolido y fragmentado, ordend el General Rey que izase en el Mirador la bandera de parlamento. Cesd el fuego y descendid del Castillo el Jefe de E. M. de Songeon, quien se avistó con los Coroneles Lancey, Bouverie y Dickson, para convenir los términos de la capitulavión a la que se llegd son difioultad, pues ni podían pretender los sitiados más que los honores de guerra ni podían los sitiadores otorgar menos a tan herofca defensa. (Véase el apéndice nº 4.) En la tarde del mismo día, fueron ya relevados los puestos franceses en el Mirador por las fuerzas de los aliados.
"En la mañana siguiente, escribía Leith Hay, salid la guarnición con los honores de guerra A su cabeza, desnuda la espada y el paso firme, 0- aparecid el General Rey, acompañado del Coronel de Songeon y de los Oficiales de Estado Mayor; como muestra de respeto, le saludamos cuando раsaba.El anciano General inclind su espada, pagando la cortesía de los ficiales ingleses, y condujo los restos de sus bravos batallones al glasis, donde depusieron las armas, con la bien fundada confianza de haber cumplico noblemente su deber, y de haber perseverado en la brillante y enérgica defensa, hasta lo imposible."
Así termind aquella inteligente y enérgica resistencia, que tanto honor hizo a las armas francesas, que produjo tan sensibles bajas, pues en números redondos excedieron de 5.000 las de los aliados y de 1.000 las de los francesеs. El Emperador Napoledn quedd altamente satisfecho del comportamiento del General Rey, y de sus tropas. Al margen de la comunicación en que el Ministro de la Guerra le did cuenta de su defensa de San Sebastián, de su capitulación y del mérito contraido por el general Rey, decretó el Emperador. CE CENERAL SERA NOMME GENERAL DE DIVISION QUAND IL VIENDRA DES PRISONS D'ANGLETERRE. Proposer son avancement dans la Legion d'Honneur et une lettre de satisfaction a lui écrire." El Ministro de la Guerra le dirigid la siguiente carta en 20 de Noviembre de 1.813.
"General: El Emperador a quien he hecho conocer las circunstancias del Sitio de San Sebastián, ha juzgado que habeis hecho una defensa que honra a vuestro valor y a vuestro talento y que atestigua el valor de la guarnición que mandais. Su Magestad me encarga trasmitiros el testimonio de su satiafacción, y yo me felicito de haberos comunicado el aprecio que ha hecho de la abnegación que habeis demostrado en su servicio Recibid General, eto-El Ministro de la Guerra - Duque de Fletre." Fin del capitulo 8º
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(1) Belmas, en su obra tantas veces citada, atribuye este hecho a la barbarie inglesa, porque los sotiados para preservar aquél local izaron sobre él la bandera negra, y para mås garantías lo rodearon de prisioneros ingleses, rojas casacas debian ser bien perceptibles, еsperando que los ingleses respondieran a este llamamiento hecho a sus sentimientos humanos; pero sin resultado, pues dicen que dirigieron sus tiros sobre ese punto, causando víctimas entre los francевев у entre treinta y ocho de los ingleses prisioneros. Pudiera ser sin embargo inevitable el hecho, a pesar del cuidado que tuvieron los artilleres ingleses, debido a la falta de precisión del fuego curvo en aquella éроса.
(1) ****......Considerando en fin los pocов medios que pueden oponerse a la inmensidad de fuerzas del enemigo, quien en pocas horas, había anulado todas nuestras defensas y a todos los bravos que nos quedaban quienes merecen ser conservados a la Franciş en recompensa de la abnegación de que tantas pruebas han dado durante el sitio. Decretamos por unanimidad, que a partir de este día y vistas las circunstancias relatadas en este proceso verbal, el Señor General Rey está debidamente autorizado para poner fin al Sitio, proponiendo al enemigo una capitulación tan honorosa como sea posible, y esto en el momento en que juzgue que la guarnición no pueda ya soportar el efecto cruel de los fuegos a que'esta expuesta". Acta de la deliberación del Consejo de defensa de la guarnición de San Sebastidn, en 5 de Septiembre de 1.813. (Belmaa Journeaux de sieges..

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