Nadie podía pretender que la liberación de San Sebastián, ocupada por las tropas invasoras, que oponían una tenaz y heroica resistencia, se convirtiese en una operación de cubo y escoba. Aunque manejado por los hombres, el rayo de la guerra se encabrita con frecuencia y escapa hasta cierta medida al control de la mano militar, que lo quiere conducir. Por eso no tiene sentido insistir demasiado de nuestra parte en los daños e incendios que produjeron las baterías, porque un experto podría contestar que fueron exigencia de la guerra, con lo que nos quedaría el consuelo de condenar la guerra; pero quedaríamos inermes, si se nos permite el vocablo bélico, para condenar sus consecuencias. Mas en nuestro caso aparece una intención deliberada de los hombres en la propagación del fuego y en estorbar su extinción.
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(13) El Pueblo Vasco, 27 octubre de 1913.
¿QUIÉN DESTRUYÓ SAN SEBASTIÁN? - JUAN BAUTISTA OLAECHEA
¿QUIÉN DESTRUYÓ SAN SEBASTIÁN? - JUAN BAUTISTA OLAECHEA
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