* 27 de Julio :
Todos los días voy a Irún, donde está el coronel. En la madrugada de hoy nos pusimos sobre las armas porque se divisó movimiento en el campamento enemigo. Se vieron dos regimientos que vinieron a reforzarle y visto que no trataban de hacer cosa alguna nos desobrearmamos a eso de las nueve. Poco antes pasaron el Bidasoa a nado con sus uniformes y no se sabe si irán españoles espías disfrazados así para que se les dejase acercar al río, o franceses prisioneros que se hubiesen escapado. Se les tiró un par de tiros desde la guardia de campo de mi regimiento que estaban ya en el agua, con lo que aligeran el paso. Se ha sentido algo más de fuego que ayer en San Sebastián.
(DIARIO DE UN OFICIAL EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA. 1813-1814. MATÍAS DE LAMADRID).
* DÍA 27 :
En la mañana del 27, observando el General Rey la negligente marcha que los trabajos del campo sitiador llevaban y la suspensión prolongada de su fuego ordenó una salida, disponiendo que el Jefe del Batallón, Lupé, con dos Compañías de Cazadores de Montaña, los Voltigeurs del 62º y algunos zapadores se lanzaron sobre la derecha de la paralela, en tanto que el Jefe de Batallón, Blanchard, con un destacamento de 150 hombres se dirigía hacia las ruinas de Santa Catalina; protegidos por estas fuerzas, los zapadores y obreros del Capitán Saint George debían arrasar todos los aproches. Efectuóse rápidamente la salida, desembocando los sitiados por la calzada de Hernani, por la trinchera producida por la mina en el glasis y por el camino de Santa Catalina. En el campo sitiador habíase contado con la posibilidad de una salida en la noche precedente, y, al efecto, el Mayor O'Halloran que estaba de servicio había hecho tomar las debidas precauciones; de los 600 o 700 portugueses que estaban de trinchera, una quinta parte fueron puestos de centinela y durante la noche el servicio se hizo con regularidad, pero una hora después de amanecer, por tolerancia del oficial, los centinelas se retiraron a las trincheras, abandonando la vigilancia; poco después de las seis cayeron los franceses sobre los desapercibidos portugueses, que ni aún llegaron a rehacer sus filas y que fueron seguidos hasta las ruinas de Santa Catalina y San Martín. O'Halloran logró reunirlos sobre un núcleo de ingleses e hizo retroceder a los sitiados, que regresaron a la Plaza con 189 prisioneros (2); sin haber hecho grandes daños en los aproches por la escasez de personal y herramientas y por el corto tiempo de que se dispuso.
El transporte de material a Pasajes prosiguió; durante la noche habiánse llevado al Parque todas las piezas, trabajando además de los artilleros 700 hombres de Infantería; en el curso del día fueron llevadas a Pasajes, donde no pudo empezarse su reembarque porque los botes todos estaban empleados en el transporte de enfermos y heridos. Sobre la escasez de medios, la circunstancia de no poder efectuarse el trabajo sino en pleamar, retrasaba considerablemente la operación, que se continuó en los días sucesivos y que no terminó hasta el 30.
(EL SITIO DE 1813 - OLAVIDE, ALBARELLOS, VIGÓN).
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