Salimos temprano de Legorreta habiendo trepado enormes alturas en la dirección que denotan los pueblos de arriba (citados).Atravesamos el camino real de Navarra y se mandó situar el Regimiento de Laredo en las alturas de la izquierda de Lizarza.(El Regimiento de)Tiradores siguió a Gastelu para recaer por las alturas sobre Leaburu.El comandante general de la brigada se dirigió con los cazadores y tiradores a la montaña de Leaburu,que ocupaba el enemigo en buen número,de donde se le desalojó con sólo esta compañía,retirándose precipitadamente a la ciudad de Tolosa.Continuamos por la fábrica de papel sufriendo un fuego muy vivo,y que no fue capaz de amedrentar a nuestros bravos cazadores,aunque vieron muerto a su capitán Sanflechoso,a poco herido,bastante a su teniente Buenas,y muchos compañeros muertos,y heridos.Fui a dar la orden a Tiradores,que estaba de reserva,para que enviara dos compañías a reforzar la de cazadores,que había continuado consumido sus municiones,y relevar los más cansados.La 1ª.a poco rato tuvo herido a su capitán Tuñón en una pierna.Tal era el fuego infernal que nos hacía el enemigo.Los ingleses,portugueses y compañías de cazadores del IV Ejército (que)habían avanzado poco a poco por el monte de Aldaba.La División de Iberia(la de Longa)hacía lo mismo por la altura del Mirador,a nuestra derecha,intentando flanquear al enemigo.El fuego se arreciaba por momentos y a las cuatro de la tarde era general,jugándose muy bien la artillería de ambas partes.Los franceses perdían terreno, y a eso de las siete avanzamos con el mayor denuedo sobre Tolosa,desde donde se defendía el enemigo tenazmente,mas cedió el valor de las tropas de las tres naciones,y fue obligado a que desamparase todas sus fortificaciones en que dejó dos pequeños cañones.Esto costó bastantes muertos,y con especialidad el paso del puente,por donde embestimos nosotros,y algunos ingleses,pero al fin entramos en la villa al anochecer,entre innumerables vivas y aclamaciones de sus habitantes,que iluminaron sus casas,y cuyo alegre griterío entre el estruendo del cañón,que aún seguía voceando,hacía un conjunto inexplicable,y el más marcial.La oscuridad impidió persiguiésemos al enemigo más allá de Tolosa,que,un cuarto de legua,huía pavoroso,tirando mochilas y en el mayor desorden.Los muertos y heridos de una y otra parte deben de haber sido muchos porque el fuego era terrible y las posiciones de los franceses inmejorables.Lo montuoso del país impide se vean todos, pero no faltan.Las compañías que entraron de tiradores,especialmente cazadores,perdió bastante gente.Los ingleses nos llenan de elogios por nuestro valor e intrepidez.Perdieron bastante éstos,especialmente los portugueses,según vi en el hospital de la sangre,donde fui con el comandante general a las doce de la noche para que curasen luego a nuestros heridos.Eran pocos los facultativos que había y era el mayor dolor ver cual se iban en sangre y morían muchos infelices.Había en él también bastantes franceses,los más rotas las piernas del salto que dieron desde el tercer piso del cuartel que se les incendió hace pocos días. El hospital es grande y hermoso.
Tolosa es una ciudad muy bonita y medianamente grande,con calles anchas y rectas,casas elevadas,bien construidas,limpias y de mucha comodidad.Está amurallada y los dos puentes que tiene sobre el Oria son grandes y buenos.La jornada de hoy ha sido penosísima por sendas y caminos desusados.Tiradores y Laredo durmieron en Ibarra(tres leguas y cuarto).Ración,ninguna.
(DIARIO DE UN OFICIAL EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA.1813-1814.MATÍAS DE LA MADRID)
Tras perder todos estos enclaves exteriores, los franceses se hicieron fuertes en el interior de la ciudad, que resultó mucho más defendible de lo en un principio hacía suponer. Lo sucedido queda claramente expresado en el Despacho Oficial del Teniente General Graham, dirigido al Mariscal de Campo Lord Wellington, fechado el día 26 en la ya conquistada población
La ciudad tenía sus puertas protegidas, además de torres de nueva factura defendiendo sus murallas. Un fuerte construido en madera, junto al Camino Real, también se encontraba defendido por una fuerte guarnición.
El listado de bajas de los aliados es considerable, tal y como se puede ver en la tabla de la derecha.
Este día, el grueso de las tropas inglesas y portuguesas, que seguían de cerca a las que estaban en vanguardia, ya ocupan la villa de Mondragón, en la que establecen un campamento provisional. Existe una curiosa carta del cura de la localidad, Don Juan Prudencio de Ugarte, que transcribo literalmente:
"El día 22 de Junio de Mil Ochocientos y trece en este lugar de Uribarri se vatieron las tropas del tirano buenaparte con el famoso Longa y su division, éstos vencieron aquellos y les echaron de Mondragón:
El día veinte cinco del mismo mes de junio de mil ochocientos y trece estubieron ay acampados los ingleses y portugueses en el castañal de Anima Zuri, distrito de este pueblo, al mando del Jeneralisimo "Belintón" inglés: Esto sucedió siendo cura y beneficiado D. Prudencio de Ugarte."
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