Pasamos revista de comisario. Es increíble la escasez de víveres que se padece, y fuera de la ración parece que nos dan, y han tomado el estribillo de que sea de bacalao podrido, de aquello último que traen de los buques, arroz que mengua en vez de crecer, y pan, que no es otra cosa que salvados con agua, poco cocidos, para que pesen más. Es un dineral aun la cosa más despreciable. Las revendedoras que hay en esta villa, y todo el ejército, todo lo venden como si lo hubiesen traído de China, de modo que es necesario atenerse a la despreciable ración que nos proporcionan los amables individuos de la Hacienda Pública, o sea Nacional, o como la quieran llamar, aun cuando se vea uno morir con ella, porque ninguna otra cosa parece.
El general Pol tuvo baile en su casa, convidó a la oficialía, y fui con una porción. Estuvo bueno y a las doce de la noche entró Girón, habiendo venido de su cuartel general de Hernani.
(DIARIO DE UN OFICIAL EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA. 1813-1814. MATÍAS DE LAMADRID)
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