Salió la brigada para el campamento de Enacoleta y yo para Tolosa. En Oyarzun están los cuarteles generales de Graham y del Centro del IV Ejército. Una legua más acá de esta villa hay un campamento inglés bastante grande. Precisamente pasé por junto a él (está a los lados del camino) a las once de la mañana, y parecía una población: las gallinas cacareaban, los gallos se contestaban, etcétera. Más adelante están 16 barcas de puente de las traídas desde Portugal por los ingleses: son grandes, bien trabajadas (como todo lo que traen ellos, pues nada les he visto que no esté hecho a todo coste), forradas en hojalata. Cada una está sobre cuatro ruedas como las de un coche, sólo que está separadas y es cosa distinta de ellas. Nada hay imaginable que sea necesario para hacer la guerra que no traigan, aun cuando les haga falta pocas veces, y les cueste muchas esterlinas. así puede emprenderse una campaña, sin comprometer el honor de los generales que mandan los ejércitos y no como los de los nuestros, que tienen que medirlo todo al compás de la escasez de todo recurso.
Esta ciudad de Tolosa está muy diferente del día, o más bien noche, que entramos a San Sebastián o, por mejor decir, sólo el castillo, porque impedía ver lo demás el espeso humo que había del gran fuego de sitiadores y sitiados.
(DIARIO DE UN OFICIAL EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA. 1813-1814. MATÍAS DE LAMADRID)
*Miércoles. 11 de Agosto de 1813. 45º día de Sitio. - Continua el Sitio de la Ciudad por las tropas anglo-portuguesas al mando de Lord Wellington
Amanece un buen día, soleado y agradable.Esa noche había logrado romper el bloqueo una chalupa enviada desde Francia, que suministra a las tropas sitiadas 1500 camisas, un fardo de ropas y nueve artilleros, además de los despachos con los informes del Mariscal Soult. La embarcación cargada con los sacos terreros aún parece ser que no ha llegado, ya que Rey sigue mencionándolos en la lista de necesidades de la guarnición en su despacho de fecha 11 de Agosto. Estas son:
Los prisioneros aliados que se encuentran en manos de los franceses son utilizados como trabajadores forzados en los puntos que necesitan refuerzos. El General Rey teme que alguno de ellos se pueda escapar suministrando una valiosa información al enemigo sobre la situación interior de la plaza. Por este motivo, menciona en su despacho del día 11 su intención de mandar un grupo a Francia, a bordo de una de la embarcaciones en cuanto el paso sea algo más fácil.
Esta jornada se reproduce el fuego artillero con mayor intensidad. De Lamadrid nos menciona que solamente puede ver la parte alta del monte Urgull y su castillo, ya que el resto de la ciudad se encuentra totalmente cubierto por la espesa nube de humo procedente de las baterías y de los incendios que van apareciendo en la ciudad como consecuencia de las explosiones. Los proyectiles utilizados principalmente son los huecos rellenados con metralla, con la finalidad de obstaculizar a los grupos de trabajadores.
El deseado y esperado tren de artillería que tiene que venir por mar sigue sin aparecer. En Pasajes se le sigue esperando con ansiedad. En el puerto se van acumulando unos 500 prisioneros franceses capturados en las acciones fronterizas, que serán embarcados hacia Inglaterra tras la descarga de los mercantes.
Por la noche se intenta sacar del puerto de San Sebastián a las trincaduras y chalupas llegadas desde Francia. A bordo de ellas se quieren evacuar a veinte heridos graves, cuya curación se estima será larga, por lo que no son aptos para la defensa.
En un Despacho de Wellington al Conde Bathurst fechado este día, sabemos que se ha enterado de la constante llegada de suministros a la plaza sitiada. Al parecer se han apoderado de correspondencia del General francés Conde Gazan, en la que se indica que se ha mandado con éxito sacos terreros y zapatos a los sitiados desde Saint Jean de Luz. El Mariscal británico se lamenta de la imposibilidad de cortar estas comunicaciones con los medios navales disponibles.
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