jueves, 28 de febrero de 2013

EL SITIO DE 1813 - EL EJERCITO SITIADOR - Sir T. Graham

SIR THOMAS GRAHAM
Difícil es imaginar figura más noble y más interesante que la de Sir Thomas Graham (1); Diputado whig en el Parlamento, hombre de gran cultura, infatigable sports-man; contaba ya 44 años cuando en circunstancias para él trágicas (2) abrazó la carrera de las armas para servir a su país en la guerra con Francia con el desinteresado ardor de un cruzado; como coronel honorario y ayudante de Lord Mulgrave hizo sus primeras armas en 1793, pasó después como enviado inglés al Ejército Austriaco en Italia con el que hizo la famosa campaña de 1796, se batió brillantemente en Menorca (1798) y mandó tropas en el sitio de Malta (1800). En 1808 vino a España como ayudante de Sir J. Moore; estuvo agregado al Ejército de Castaños y asistió a la desgraciada campaña de 1808-1809 desempeñando su servicio, a pesar de sus 60 años, con la misma actividad y el mismo vigor que el más joven de sus colegas.

Tales y tan dilatados eran sus servicios que, a pesar de no tener categoría militar real, a pesar de lo insólito del caso, el gobierno inglés se creyó en el deber de recompensarlos asignándole el empleo efectivo de Mayor General y confiándole después el mando del Cuerpo de Tropas que defendía a Cádiz. No pasó mucho tiempo  sin que mostrase hasta qué punto era digno de ello. Las operaciones de Chiclana (3) le retratan, abnegado y modesto, subordinándose de buen grado al iniciarlas al incapaz La Peña; sereno y dueño  de sus ideas en los instantes de la crisis, inspirado en la resolución, vigoroso en la ejecución hubo en su actitud en aquel ardoroso y obstinado combate tal reposada energía  que no sólo trascendió y se difundió entre sus tropas , sino que, aun a sus adversarios inspiró respeto (4).

Acaso por estas mismas brillantes cualidades no era Sir T. Graham el jefe más indicado para dirigir un sitio; requieren más bien estas operaciones, en efecto, espíritus en cierto modo limitados, metódicos, aferrados a sus ideas y capaces de seguirlas obstinadamente hasta el final. Y Graham era, por el contrario hombre de ideas amplias, de carácter fácil (5) condescendiente y afable, algo desdeñoso para los detalles, que en tales casos tienen alguna importancia.

Desde el momento en que le confió la operación, procuró Lord Wellington no intervenir en ella directamente; limitándose su acción al examen del plan de ataque y a la inspección en determinados momentos; cuidó, sí, de facilitarle su misión por todos los medios empezando por asignarle los más eficaces auxiliares, designando a Sir R. Fletcher y Sir A. Dickson, tenientes coroneles, para la dirección de los servicios de Ingenieros y Artillería respectivamente.

CONTINUA ............

(OLAVIDE, ALBARELLOS, VIGÓN)

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