Había sido constituído el Cuerpo en 1716 con un reducido número de ingenieros, que no recibieron por el pronto asimilación militar. Organizada en 1741 la Real Academia Militar de Woolwich para Artillería e Igenieros y sucesivamente ampliado el número de oficiales, cobró la colectividad alguna importancia, aunque, por la índole sedentaria de sus servicios tuviera más carácter profesional que militar. No tenía tropas el Cuerpo, al que, para servicios militares se afectaban tropas de las Compañías de "ROYAL MILITARY ARTIFICIERS" creadas en 1787.
En 1808, acompañaron a los Ingenieros destinados al Ejército de la Península 49 soldados y clases; esta cifra basta para mostrar la idea que en las esferas del mando se tenía sobre el empleo de las tropas de Ingenieros, idea que no evolucionó muy pronto; porque en la organización de las Líneas de Torres Vedras aún no disponían los oficiales de Ingenieros de 18 h. de "Royal Military Artificiers" que actuaban, no como elementos de ejecución, sino como auxiliares de los oficiales.
La situación de éstos dentro del Ejército no era la más airosa, a pesar de su cultura profesional y de su bravura; "tenían en campaña asignado el mismo sueldo que en tiempo de paz y, a pesar de ello, se les exigía adquirir y mantener crecido número de caballos y mulos para su equipo; no tenían asignados ordenanzas, ni disfrutaban de raciones de etapas como los oficiales de las demás Armas. Vivieron durante toda la guerra miserablemente, en nivel inferior de cualquier otra rama del Ejército, vistiendo mal, montando caballos incapaces de prestar servicio eficaz y, consiguientemente, incurriendo con frecuencia en una aparente falta de celo y, a pesar de toda esta extrema economía contrayendo deudas casi todos (1).
A la falta de tropas profesionales uníase la insuficiencia de elementos de trabajo; en algunas de las campañas, el material, herramientas e instrumentos de los servicios de Ingenieros del Ejército aliado eran trasportados en 36 mulos ......
Todas estas circunstancias, que revelaban no ya defectos de organización, sino un cierto desdén por el servicio, tenían que deprimir los prestigios de la colectividad y por ende tenían que reducir su influencia, que debía pesar poco en el desarrollo de las operaciones a pesar de la capacidad de aquellos abnegados oficiales.
En cuanto surgió la necesidad de realizar operaciones de sitio, se evidenciaron los efectos del sistema (2) y la necesidad de disponer de tropas especiales; tratóse por el momento de salvar la dificultad, instruyendo en tales trabajos a soldados de los Regimientos de Línea, pero, esto no bastaba y a las instancias de Lord Wellington (3) respondió el decreto de 23 de Abril reorganizando las tropas, asignándoles a las Compañías permanentemente oficiales del Cuerpo y creando el establecimiento de Chatham para la instrucción, cambiándose después la denominación de las tropas por la de "Royal Military Artificiers or Sappers and Minners". Subsistieron aún en el alto mando las mismas añejas ideas sobre su empleo; para el sitio del Castillo de Burgos los Ingenieros disponían sólo de 8 soldados del Cuerpo, pero la impulsión estaba dada; la instrucción de las tropas estacionadas en Chatham progresaba y en Marzo de 1813 se establecía ya de un modo más firme la nueva orientación dando al Cuerpo la denominación de "Royal Sappers and Minners" y uniformando su equipo y armamento de modo parecido a las tropas de Línea.
Para el sitio de San Sebastián dispuso Sir R. Fletcher de 17 jefes y oficiales del Cuerpo (4), a cuyas órdenes estaban las 5.ª, 7.ª y 8.ª Compañías del 2.º Batallón y destacamentos de las 6.ª y 7.ª del 1.º; el 20 de Agosto llegaron con la segunda del 2.º instruída en Chatham, el Capitán Collier y el Teniente Wortham. Eran en junto 305 clases y soldados.
(OLAVIDE, VIGÓN Y ALBARELLOS)
jueves, 28 de febrero de 2013
EL SITIO DE 1813 - EL EJERCITO SITIADOR - La Artillería
Al empezar las guerras de la revolución, la Artillería inglesa habíase mostrado manifiestamente inferior a las del Continente (1) . No superada por ellas en bravura y celo, sus defectos orgánicos le restaban, sin embargo, toda eficacia. Pero, algunos años más tarde, al presentarse en los campos de batalla de la Península, se había operado una asombrosa evolución en ella, habiéndose organizado sus servicios y perfeccionado su material de campaña, al punto de poder servir de modelo.
Con todo, no llego a sentirse en Inglaterra la necesidad de organizar unidades de sitio, dotándolas de material y personal propio. En el primer sitio de Badajoz habíase improvisado el tren de sitio con las vetustas piezas que se hallaron en Elvas y que llevaban las armas y las cifras de Felipe III y Felipe IV, datando algunas de 1620 y que tenían unas dotaciones de proyectiles inverosímiles. En 1811 se envió de Inglaterra a Lisboa el primer tren de sitio moderno a cuyo servicio se pusieron las fuerzas del Arma que a la sazón estaban en los depósitos de Lisboa en espectativa de organización; éste fue el utilizado ante Ciudad Rodrigo. Aun reconocida la necesidad de disponer de estos equipos, no llegaron a constituirse orgánicamente y subsistió la práctica de emplear en el servicio de aquéllos el personal de campaña.
Unos 500 hombres, en junto, componían las fuerzas de Artillería de que en un principio se disponía para el sitio (2); parte de ellos constituían compañías o brigadas de artillería de campaña inglesa, formaban otros en las brigadas portuguesas del arma y, por último, un pequeño núcleo pertenecía a las tripulaciones del "Surveillante" y de la "Syra" (3)
Con todo, no llego a sentirse en Inglaterra la necesidad de organizar unidades de sitio, dotándolas de material y personal propio. En el primer sitio de Badajoz habíase improvisado el tren de sitio con las vetustas piezas que se hallaron en Elvas y que llevaban las armas y las cifras de Felipe III y Felipe IV, datando algunas de 1620 y que tenían unas dotaciones de proyectiles inverosímiles. En 1811 se envió de Inglaterra a Lisboa el primer tren de sitio moderno a cuyo servicio se pusieron las fuerzas del Arma que a la sazón estaban en los depósitos de Lisboa en espectativa de organización; éste fue el utilizado ante Ciudad Rodrigo. Aun reconocida la necesidad de disponer de estos equipos, no llegaron a constituirse orgánicamente y subsistió la práctica de emplear en el servicio de aquéllos el personal de campaña.
Unos 500 hombres, en junto, componían las fuerzas de Artillería de que en un principio se disponía para el sitio (2); parte de ellos constituían compañías o brigadas de artillería de campaña inglesa, formaban otros en las brigadas portuguesas del arma y, por último, un pequeño núcleo pertenecía a las tripulaciones del "Surveillante" y de la "Syra" (3)
EL SITIO DE 1813 - EL EJERCITO SITIADOR - La Infanteria
EJERCITO PORTUGUÉS |
Mandaba el General Oswald la 5ª División por ausencia de Sir James Leith; componianla las Brigadas inglesas de Hay y Robinson y la portuguesa de Spry (1).
Brumswick Oels Jagers |
Cada una de las Brigadas inglesas estaba constituída por 3 Batallones y una Compañía de Brumswick Oels Jagers. Normalmente, un Batallón con un efectivo de 600 a 800 hombres, constaba de 10 Compañías mandadas por un teniente coronel.
Los oficiales no procedían de escuela militar alguna; aun cuando había en ellos gran heterogeneidad de clases, en conjunto, la oficialidad era buena y las inculpaciones que en muchas órdenes generales sobre disciplina les dirigía Lord Wellington, si justificadas por la negligencia de algunos, eran más que otra cosa una manifestación de las genialidades del célebre General.
Mayor era la mezcla en lo que a la tropa se refiere; algunos pequeños núcleos procedían de los bajos fondos de la sociedad. Según Colborne, un Batallón marchaba perfectamente cuando no llegaban a 50 los beodos, desertores, merodeadores, etc., insensibles a todo castigo e irreductibles a toda disciplina, pero al lado de ellos había por centenas soldados alistados por entusiasmo patriótico, hombres cuyo fervor religioso creyó en algunos casos necesario reprimir Lord Wellington.
Con todo, esta tropa indócil e indisciplinada en circunstancias, difícil de manejar en tiempo ordinario, era a la hora del combate un instrumento militar perfecto, de una solidez e imperturbabilidad inquebrantables en la defensiva y una osadía y obstinación en empresas ofensivas de casi absurda audacia. Con razón, encontraba J.J.Jones analogías en ellas y nuestra Infantería de los Tercios.
Los Brumswick Oels Jagers habían sido en su origen tropas alistadas por el Duque de Brumswick en 1809 para promover en Westfalia un alzamiento contra Jerôme Bonaparte; fracasado el intento, pasaron al servicio de Inglaterra. Su oficialidad era excelente; entre ella había muchos prusianos. Su tropa lo fue al principio, pero después, el bloqueo hizo imposible el reemplazar las bajas con voluntarios alemanes y hubo que cubrirlas incorporando extranjeros al servicio de Francia que estaban prisioneros en Inglaterra; había pues en aquellas Compañías, alemanes, polacos, suecos, daneses, holandeses y croatas, gente toda propicia al desorden, a la indisciplina y a la deserción.
Tres Brigadas portuguesas tomaron parte en el sitio : la de Spry, afecta a la 5ª División y las independientes de Bradford y Wilson (2).
Los Regimientos portugueses de línea componíanse de dos Batallones a seis Compañías, con efectivos que oscilaban entre 1.000 y 1.200 hombres. Los Batallones de Cazadores tenían generalmente menos de 500 hombres. Los cuadros de oficiales constituíanse con personal inglés y portugués. En cada Regimiento, además de algún jefe solía haber tres o cuatro capitanes ingleses ; los subalternos eran casi todos portugueses. Estas tropas que Beresford había encontrado en completo estado de desorganización eran ya desde 1812 eficaces auxiliares del Ejército inglés, aun cuando no alcanzaban el grado de solidez de éste.
CONTINUA........
(OLAVIDE, ALBARELLOS, VIGÓN)
Mayor era la mezcla en lo que a la tropa se refiere; algunos pequeños núcleos procedían de los bajos fondos de la sociedad. Según Colborne, un Batallón marchaba perfectamente cuando no llegaban a 50 los beodos, desertores, merodeadores, etc., insensibles a todo castigo e irreductibles a toda disciplina, pero al lado de ellos había por centenas soldados alistados por entusiasmo patriótico, hombres cuyo fervor religioso creyó en algunos casos necesario reprimir Lord Wellington.
Con todo, esta tropa indócil e indisciplinada en circunstancias, difícil de manejar en tiempo ordinario, era a la hora del combate un instrumento militar perfecto, de una solidez e imperturbabilidad inquebrantables en la defensiva y una osadía y obstinación en empresas ofensivas de casi absurda audacia. Con razón, encontraba J.J.Jones analogías en ellas y nuestra Infantería de los Tercios.
Los Brumswick Oels Jagers habían sido en su origen tropas alistadas por el Duque de Brumswick en 1809 para promover en Westfalia un alzamiento contra Jerôme Bonaparte; fracasado el intento, pasaron al servicio de Inglaterra. Su oficialidad era excelente; entre ella había muchos prusianos. Su tropa lo fue al principio, pero después, el bloqueo hizo imposible el reemplazar las bajas con voluntarios alemanes y hubo que cubrirlas incorporando extranjeros al servicio de Francia que estaban prisioneros en Inglaterra; había pues en aquellas Compañías, alemanes, polacos, suecos, daneses, holandeses y croatas, gente toda propicia al desorden, a la indisciplina y a la deserción.
Tres Brigadas portuguesas tomaron parte en el sitio : la de Spry, afecta a la 5ª División y las independientes de Bradford y Wilson (2).
Los Regimientos portugueses de línea componíanse de dos Batallones a seis Compañías, con efectivos que oscilaban entre 1.000 y 1.200 hombres. Los Batallones de Cazadores tenían generalmente menos de 500 hombres. Los cuadros de oficiales constituíanse con personal inglés y portugués. En cada Regimiento, además de algún jefe solía haber tres o cuatro capitanes ingleses ; los subalternos eran casi todos portugueses. Estas tropas que Beresford había encontrado en completo estado de desorganización eran ya desde 1812 eficaces auxiliares del Ejército inglés, aun cuando no alcanzaban el grado de solidez de éste.
CONTINUA........
(OLAVIDE, ALBARELLOS, VIGÓN)
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EL SITIO DE 1813 - EL EJERCITO SITIADOR - Sir Alexander Dickson
Un temperamento a un tiempo ordenado y activísimo, un hombre para quien las dificultades eran un estímulo, un espíritu enérgico y perseverante; tal era Sir A. Dickson (1). Habíase batido como subalterno en Menorca y Malta y había asistido a la desgraciada expedición al Río de la Plata (1807), antes de venir a la Península. Destinado primero en la Artillería Portuguesa, de la que fue jefe, la energía y celo que desplegó en los primeros sitios de Badajoz para organizar con el vetusto material montado en Elvas un tren de sitio y para utilizarlo ante la Plaza, le atrajeron la estimación de Lord Wellington que le empleó ulteriormente en empresas análogas; luchando contra toda clase de dificultades, supo Dickson prestarle en ellas servicios tan excelentes como los de organización del tren de sitio destinado al de Ciudad Rodrigo y su transporte por el Duero hasta Lamego y por tierra hasta Villa de Ponto, a través de un país abrupto y desprovisto de comunicaciones.
Al dejar el Coronel Fitcher el cargo de comandante de la Artillería del Ejército Inglés, designó Lord Wellington para desempeñarlo al Teniente Coronel Dickson, que hasta el final de la guerra fue uno de sus oficiales de confianza.
CONTINUARÁ ......
(EL SITIO DE 1813 - OLAVIDE, ALBARELLOS, VIGÓN)
Al dejar el Coronel Fitcher el cargo de comandante de la Artillería del Ejército Inglés, designó Lord Wellington para desempeñarlo al Teniente Coronel Dickson, que hasta el final de la guerra fue uno de sus oficiales de confianza.
CONTINUARÁ ......
(EL SITIO DE 1813 - OLAVIDE, ALBARELLOS, VIGÓN)
EL SITIO DE 1813 - EL EJERCITO SITIADOR - Sir R. Fletcher
LÍNEAS DE TORRES-VEDRAS |
Tan exactamente supo Fletcher desarrollar las ideas de Wellington y tan plenamente sirvió a sus propósitos, que tuvo desde entonces toda su confianza, a tal punto, que, herido Fletcher el 19 de Marzo en el sitio de Badajoz, quiso Lord Wellington que conservase la dirección de los trabajos y al efecto todas las mañanas le visitaba en su tienda para examinar con él los progresos del ataque en el día anterior y para convenir el plan para los que en la jornada habían de efectuarse.
Terminado este sitio pasó Fletcher con licencia a Inglaterra regresando, poco antes de la Batalla de Vitoria. Encargado de la dirección del sitio de Pamplona, cuando se desistió de esta operación quedó ante la Plaza para organizar el bloqueo y fijar el emplazamiento y trazado de unos reductos que se artillaron con material del cogido a los franceses. El 15 de Julio Sir Richard Fletcher acompañado de Burgoyne llegaba (3) a las inmediaciones de San Sebastián.
CONTINUA........
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EL SITIO DE 1813 - EL EJERCITO SITIADOR - Sir T. Graham
SIR THOMAS GRAHAM |
Tales y tan dilatados eran sus servicios que, a pesar de no tener categoría militar real, a pesar de lo insólito del caso, el gobierno inglés se creyó en el deber de recompensarlos asignándole el empleo efectivo de Mayor General y confiándole después el mando del Cuerpo de Tropas que defendía a Cádiz. No pasó mucho tiempo sin que mostrase hasta qué punto era digno de ello. Las operaciones de Chiclana (3) le retratan, abnegado y modesto, subordinándose de buen grado al iniciarlas al incapaz La Peña; sereno y dueño de sus ideas en los instantes de la crisis, inspirado en la resolución, vigoroso en la ejecución hubo en su actitud en aquel ardoroso y obstinado combate tal reposada energía que no sólo trascendió y se difundió entre sus tropas , sino que, aun a sus adversarios inspiró respeto (4).
Acaso por estas mismas brillantes cualidades no era Sir T. Graham el jefe más indicado para dirigir un sitio; requieren más bien estas operaciones, en efecto, espíritus en cierto modo limitados, metódicos, aferrados a sus ideas y capaces de seguirlas obstinadamente hasta el final. Y Graham era, por el contrario hombre de ideas amplias, de carácter fácil (5) condescendiente y afable, algo desdeñoso para los detalles, que en tales casos tienen alguna importancia.
Desde el momento en que le confió la operación, procuró Lord Wellington no intervenir en ella directamente; limitándose su acción al examen del plan de ataque y a la inspección en determinados momentos; cuidó, sí, de facilitarle su misión por todos los medios empezando por asignarle los más eficaces auxiliares, designando a Sir R. Fletcher y Sir A. Dickson, tenientes coroneles, para la dirección de los servicios de Ingenieros y Artillería respectivamente.
CONTINUA ............
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viernes, 1 de febrero de 2013
EL SITIO DE 1813 - EL EJERCITO SITIADOR - El mando
Dado el interés que para Lord Wellington tenía la posesión de San Sebastián, es de creer que, a no haber sido indispensable su presencia en el valle del Bidasoa, él hubiera asumido la dirección del sitio, como había hecho ante Ciudad Rodrigo y Badajoz; le fue forzoso delegar, y era natural que la elección recayese en Sir T. Graham; quien en los días en que Lord Wellington resolvió realizar la operación estaba ya en las inmediaciones de la Plaza con los dragones de Auzon, las Brigadas Portuguesas Wilson y Bradford y los Batallones de la Legión Real Alemana del Coronel Halkett, a cuyas tropas iba a reunirse ya la 5ª División que había quedado en Salvatierra. Parte de estas fuerzas iban a constituir el núcleo del Ejército sitiador, ya que a las tropas españolas que a la sazón bloqueaban la Plaza no podía serles encomendada operación ninguna de sitio por carecer de organización y material adecuados. Al reunir a aquellas fuerzas los precisos elementos de Ingenieros y Artillería agregó Lord Wellington a Sir T. Graham como jefes de ambos servicios a dos de relevante mérito: el Teniente Coronel Fletcher y el Coronel Dickson.
CONTINUARÁ ......
(OLAVIDE, ALBARELLOS, VIGÓN)
CONTINUARÁ ......
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EL SITIO DE 1813 - LA PLAZA Y SUS DEFENSORES - Las tropas de Ingenieros
EJERCITO FRANCÉS |
La última de las citadas Compañías acababa de desempeñar un importante papel en la reciente defensa del Castillo de Burgos .
Los servicios del Cuerpo iban pues a estar eficazmente desempeñados en San Sebastián.
Reunía en junto unos 3.000 hombres el General Rey. No era una guarnición numerosa, pero todo podía esperarse de ella; en las dos anteriores centurias el Ejército Francés había expugnado y defendido gran número de Plazas y había establecido doctrinas poliorcéticas que los éxitos habían sancionado ruidosamente. La Guerra de España había exigido numerosas operaciones de sitio y defensa de Plazas y en todos habían mostrado los franceses una gran destreza y una gran tenacidad.
Por mucho tiempo había sido una práctica admitida, la de rendir las Plazas tan pronto se abría brecha en su recinto; a vueltas de algunas condiciones y de salvar algunos escrúpulos, tratadistas doctos la recomendaban, con el fin de evitar el asalto. Como práctica, tal costumbre desapareció tan pronto como mediaron en las guerras intereses vitales para los pueblos; como doctrina la hizo desaparecer Napoleón en su famosa INSTRUCCION (1) tan llena de buen sentido como censurada en aquel tiempo (2).
Estas ideas y aquellos hechos habían de inspirar al General Rey y a su guarnición propósitos de una enérgica resistencia .
CONTINUARÁ ..........
(OLAVIDE, ALBARELLOS, VIGÓN).
EL SITIO DE 1813 - LA PLAZA Y SUS DEFENSORES - La Artillería
SARGENTO DE ARTILLERÍA A PIE |
SISTEMA GRIVEAUBAL |
Gerhard von Scharnhorst |
CONTINUARÁ ..........
(OLAVIDE, ALBARELLOS, VIGÓN)
EL SITIO DE 1813 - LA PLAZA Y SUS DEFENSORES - La Infanteria
EJERCITO FRANCÉS |
El 1º de Julio, la guarnición de Guetaria, compuesta de fracciones del 119º de línea y de cazadores de montaña, desembarcó en San Sebastián. El 6, procedentes de San Juan de Luz, se incorporaron destacamentos del 42º y del 22º de línea. con ello ascendía la fuerza de Infanteria a unos 2.600 hombres (2).
Estaba armada esta tropa con el fusil de chispa md. VIII modificado en el año 1777, que tenía 16,4 m/m de calibre; su alcance excedía de 500 metros, pero se recomendaba no romper el fuego más allá de los 400 metros.
La velocidad de fuego ordinaria era de 2 disparos por minuto; para aumentarla en algún momento, en la defensa de Plazas solían ponerse dos o tres fusiles al lado de cada tirador.
Los cazadores tenían un fusil del mismo calibre, pero algo más corto.
CONTINUARÁ ...............
(OLAVIDE, ALBARELLOS, VIGÓN)
EL SITIO DE 1813 - LA PLAZA Y SUS DEFENSORES - Sus auxiliares
Acompañaron al General Rey a San Sebastián algunos oficiales que constituían su E.M. en el 5º Gobierno. Por su categoría y por sus brillantes cualidades, era la figura principal de ellos el Jefe de E.M. De Songeon (1); artillero en las campañas de Santo Domingo (1787-1790), incorporado a un Batallón de Nacionales durante las campañas de los Pirineos Orientales (1793-1795), tomó después parte en las de 1796 y siguientes en Italia y en la de 1809 en Alemania; en 1810 entró en España. Era el caballero De Songeon un activo y bravo oficial que habia de secundar eficazmente a Rey.
Otro de los colaboradores de éste fue el Jefe de Batallón Brion(2), que nombrado Comandante de Artillería de la Plaza se incorporó a ella el 22 de Julio. Entrado en el servicio en 1786 habíase distinguido en el sitio de Valenciennes (1793), en donde ascendió a oficial. Sus campañas eran también numerosas; entró en España en 1809 y asistió, entre otros hechos de armas, a los sitios de Zaragoza y al del fuerte de Chinchilla.
En la dirección de los trabajos de Ingenieros hizose cargo el Jefe de Batallón Pinot (3). Era un oficial de relevantes condiciones que se había hecho notar en la defensa de Huningue en el principio de su carrera, que había tomado brillante parte en la del puesto de San Carlos de la Rápita y en el sitio de Tarragona y que se había acreditado de expertísimo ingeniero en la defensa del Castillo de Burgos en el anterior otoño.
A partir del 22 de Julio desempeñó sus funciones el Jefe de Batallón Gillet (4) que contaba también una larga carrera militar gloriosamente terminada en la defensa de la Plaza.
CONTINUARÁ .............................
(OLAVIDE, ALBARELLOS, VIGÓN)
Otro de los colaboradores de éste fue el Jefe de Batallón Brion(2), que nombrado Comandante de Artillería de la Plaza se incorporó a ella el 22 de Julio. Entrado en el servicio en 1786 habíase distinguido en el sitio de Valenciennes (1793), en donde ascendió a oficial. Sus campañas eran también numerosas; entró en España en 1809 y asistió, entre otros hechos de armas, a los sitios de Zaragoza y al del fuerte de Chinchilla.
En la dirección de los trabajos de Ingenieros hizose cargo el Jefe de Batallón Pinot (3). Era un oficial de relevantes condiciones que se había hecho notar en la defensa de Huningue en el principio de su carrera, que había tomado brillante parte en la del puesto de San Carlos de la Rápita y en el sitio de Tarragona y que se había acreditado de expertísimo ingeniero en la defensa del Castillo de Burgos en el anterior otoño.
A partir del 22 de Julio desempeñó sus funciones el Jefe de Batallón Gillet (4) que contaba también una larga carrera militar gloriosamente terminada en la defensa de la Plaza.
CONTINUARÁ .............................
(OLAVIDE, ALBARELLOS, VIGÓN)
EL SITIO DE 1813 - LA PLAZA Y SUS DEFENSORES - El General Rey
LOUIS EMMANUEL REY |
CONTINUARÁ ...........
(OLAVIDE, ALBARELLOS, VIGÓN)
EL SITIO DE 1813 - LA PLAZA Y SUS DEFENSORES - La guarnición.
Aunque algo separada del camino real, era la población lugar de tránsito frecuente para las tropas francesas que en uno u otro sentido transponían la frontera; por esto, por la proximidad a Bayona, donde siempre se efectuaban concentraciones más o menos importantes de fuerzas, y por la relativa tranquilidad que en la región había, ni aun en las circunstancias más adversas, a pesar de las explícitas indicaciones de Napoleón (1), se creyó necesario el asignarle una guarnición en relación con su importancia. De ordinario, un exiguo número de hombres en el Castillo, algún depósito de rezagados, algún grupo de transeuntes, eran las tropas que la ocupaban.
CONTINUARÁ ............
(OLAVIDE, ALBARELLOS, VIGÓN)
CONTINUARÁ ............
(OLAVIDE, ALBARELLOS, VIGÓN)
EL SITIO DE 1813 - LA PLAZA Y SUS DEFENSORES - Fortificaciones altas
Las constituyen las obras construídas en el monte Urgull.
Se comprende, que en todo tiempo, haya sido objeto de estudio la defensa de esta posición. Entre las ideas extremas de concentrar todas las defensas únicamente en el monte Urgull, abandonando las de la población y las radicalmente opuestas de limitarse a esas últimas, hubo muchos pareceres. Pero la opinión dominante siempre dio al monte Urgull gran importancia, y fácilmente se comprende que así fuese, teniendo en cuenta los métodos y medios de ataque y defensa anteriores a nuestros días.
Su acción sobre la Plaza y sobre el terreno exterior unida a su acción marítima, era muy grande; su acción terrestre fue preponderante y ese fue el principal objetivo en los proyectos y en las obras (1).
Es el monte Urgull un macizo de roca con estratificación concordante, fuertemente pronunciada de Sur a Norte, dando lugar a dos principales laderas: la marítima, al Norte, que aproximadamente tiene la inclinación de su estratificación y la de tierra o meridional en que afloran todas las capas del terreno y cuya pendiente es agria y mucho más rápida. El encuentro de ambas vertientes o laderas produce el crestón que corre en dirección Nordeste- Sudoeste.
Su forma es aproximadamente elíptica, con el eje mayor de 700 metros en dirección N.E.-S.O., y el eje menor de 400 metros. Su altura máxima es de 120 metros. Las laderas del Norte y Oeste caen sobre el Cantábrico, con peñas y acantilados que imposibilitan todo desembarco, que por otra parte es imposible, pues solamente en muy contados días del año, con viento de tierra pueden hacerlo ligeros botes.
El punto más elevado sirve de asiento al Castillo de la Mota que carece de defensa próxima, confiada al espesor y altura de sus muros que le ponen al abrigo de una escalada.
Para la defensa lejana, tanto marítima como principalmente terrestre, tiene las baterías de su plataforma inferior que proporcionan fuegos muy eficaces sobre el istmo y desembocadura del Urumea, sobre la bahía y aún sobre la Plaza, aunque éstos ya son fijantes.
Tiene dos algibes, uno en la plataforma inferior de 78 metros cúbicos de cabida y otro en la superior de 94 metros cúbicos. (2)
En este Castillo el centro de una línea de defensa que corre a lo largo del crestón del monte, con acción principal sobre tierra, formando su flanco derecho la batería de la Reina y el flanco izquierdo la batería del Príncipe. El camino que las une tenía un murete aspillerado.
Para llegar a esa línea hay dos caminos, uno en cada flanco, y ambos se desarrollan en la ladera Norte, revolviéndose uno hacia el Este y otro hacia el Oeste para llegar a la Plaza; pasando aquél por la batería del Mirador para bajar a la entrada del convento de Santa Teresa, y el otro por las baterías de Santa Clara y las Damas para continuar encima del puerto y desembocar en el extremo Norte del frente marítimo de este lado.
En el extremo más oriental del monte está emplazada la batería del Mirador, que es la obra más importante. Situada del lado en que el ataque a la Plaza es el más indicado, tiene una acción inmediata y eficaz contra todas las baterías y trabajos de aproche que se ejecuten en la orilla derecha del Urumea, y sobre todo la desembocadura del mismo; su emplazamiento está a 59 metros sobre el nivel del mar.
Junto a las tapias del convento de Santa Teresa y a la puerta de entrada del monte por el lado del Puerto, había una pequeña batería a barbeta, llamada de Santa Teresa. Su situación era muy buena para el flanqueo de toda la cortina del puerto.
La batería de las Damas, también a barbeta, situada en el extremo occidental del monte tenía su acción principal sobre la bahía.
Como baterías marítimas había la de Santa Clara, frente al islote de ese nombre con acción sobre la entrada del Puerto; y más baja y situada en el Norte la de Bardocas. Ambas, así como las de las Damas y Santa Teresa, jugaron poco o ningún papel y no damos sus descripciones y planos por carecer de interés.
Como todo el terreno es de roca, desunido y con pronunciadas y agrias pendientes, no era fácil tener emplazamientos ni locales para alojamientos; de aquí que solo se contase con el cuartel adosado al O.E. del cuerpo superior del Castillo de la Mota, con los locales abovedados del Macho, con los pabellones para el gobernador y oficiales, la galería a prueba de la batería del Mirador y alguno que otro pequeño polvorín (3).
Siendo éste uno de los principales defectos de las defensas de Urgull.
Con todo lo expuesto respecto a la Plaza y sus defensas, se deduce que el defensor ha de procurar impedir a todo trance que el atacante se posesione de las alturas de San Bartolomé y de los arsenales y orilla izquierda del Urumea. Pero para ello es necesario una guarnición grande y además obras de defensa en esos sitios. No siendo así y no pudiendo ocupar todas esas posiciones, había que optar por abandonar lo más difícil o sea la orilla izquierda del Urumea y aislarse, destruyendo el puente de Santa Catalina; y defender enérgicamente San Bartolomé.
CONTINUARÁ ................
(OLAVIDE, ALBARELLOS, VIGÓN)
Se comprende, que en todo tiempo, haya sido objeto de estudio la defensa de esta posición. Entre las ideas extremas de concentrar todas las defensas únicamente en el monte Urgull, abandonando las de la población y las radicalmente opuestas de limitarse a esas últimas, hubo muchos pareceres. Pero la opinión dominante siempre dio al monte Urgull gran importancia, y fácilmente se comprende que así fuese, teniendo en cuenta los métodos y medios de ataque y defensa anteriores a nuestros días.
Su acción sobre la Plaza y sobre el terreno exterior unida a su acción marítima, era muy grande; su acción terrestre fue preponderante y ese fue el principal objetivo en los proyectos y en las obras (1).
Es el monte Urgull un macizo de roca con estratificación concordante, fuertemente pronunciada de Sur a Norte, dando lugar a dos principales laderas: la marítima, al Norte, que aproximadamente tiene la inclinación de su estratificación y la de tierra o meridional en que afloran todas las capas del terreno y cuya pendiente es agria y mucho más rápida. El encuentro de ambas vertientes o laderas produce el crestón que corre en dirección Nordeste- Sudoeste.
Su forma es aproximadamente elíptica, con el eje mayor de 700 metros en dirección N.E.-S.O., y el eje menor de 400 metros. Su altura máxima es de 120 metros. Las laderas del Norte y Oeste caen sobre el Cantábrico, con peñas y acantilados que imposibilitan todo desembarco, que por otra parte es imposible, pues solamente en muy contados días del año, con viento de tierra pueden hacerlo ligeros botes.
El punto más elevado sirve de asiento al Castillo de la Mota que carece de defensa próxima, confiada al espesor y altura de sus muros que le ponen al abrigo de una escalada.
Para la defensa lejana, tanto marítima como principalmente terrestre, tiene las baterías de su plataforma inferior que proporcionan fuegos muy eficaces sobre el istmo y desembocadura del Urumea, sobre la bahía y aún sobre la Plaza, aunque éstos ya son fijantes.
Tiene dos algibes, uno en la plataforma inferior de 78 metros cúbicos de cabida y otro en la superior de 94 metros cúbicos. (2)
En este Castillo el centro de una línea de defensa que corre a lo largo del crestón del monte, con acción principal sobre tierra, formando su flanco derecho la batería de la Reina y el flanco izquierdo la batería del Príncipe. El camino que las une tenía un murete aspillerado.
Para llegar a esa línea hay dos caminos, uno en cada flanco, y ambos se desarrollan en la ladera Norte, revolviéndose uno hacia el Este y otro hacia el Oeste para llegar a la Plaza; pasando aquél por la batería del Mirador para bajar a la entrada del convento de Santa Teresa, y el otro por las baterías de Santa Clara y las Damas para continuar encima del puerto y desembocar en el extremo Norte del frente marítimo de este lado.
En el extremo más oriental del monte está emplazada la batería del Mirador, que es la obra más importante. Situada del lado en que el ataque a la Plaza es el más indicado, tiene una acción inmediata y eficaz contra todas las baterías y trabajos de aproche que se ejecuten en la orilla derecha del Urumea, y sobre todo la desembocadura del mismo; su emplazamiento está a 59 metros sobre el nivel del mar.
Junto a las tapias del convento de Santa Teresa y a la puerta de entrada del monte por el lado del Puerto, había una pequeña batería a barbeta, llamada de Santa Teresa. Su situación era muy buena para el flanqueo de toda la cortina del puerto.
La batería de las Damas, también a barbeta, situada en el extremo occidental del monte tenía su acción principal sobre la bahía.
Como baterías marítimas había la de Santa Clara, frente al islote de ese nombre con acción sobre la entrada del Puerto; y más baja y situada en el Norte la de Bardocas. Ambas, así como las de las Damas y Santa Teresa, jugaron poco o ningún papel y no damos sus descripciones y planos por carecer de interés.
Como todo el terreno es de roca, desunido y con pronunciadas y agrias pendientes, no era fácil tener emplazamientos ni locales para alojamientos; de aquí que solo se contase con el cuartel adosado al O.E. del cuerpo superior del Castillo de la Mota, con los locales abovedados del Macho, con los pabellones para el gobernador y oficiales, la galería a prueba de la batería del Mirador y alguno que otro pequeño polvorín (3).
Siendo éste uno de los principales defectos de las defensas de Urgull.
Con todo lo expuesto respecto a la Plaza y sus defensas, se deduce que el defensor ha de procurar impedir a todo trance que el atacante se posesione de las alturas de San Bartolomé y de los arsenales y orilla izquierda del Urumea. Pero para ello es necesario una guarnición grande y además obras de defensa en esos sitios. No siendo así y no pudiendo ocupar todas esas posiciones, había que optar por abandonar lo más difícil o sea la orilla izquierda del Urumea y aislarse, destruyendo el puente de Santa Catalina; y defender enérgicamente San Bartolomé.
CONTINUARÁ ................
(OLAVIDE, ALBARELLOS, VIGÓN)
EL SITIO DE 1813 - LA PLAZA Y SUS DEFENSORES - Frentes de mar . Valor defensivo de estos frentes
De los tres frentes descritos, que constituyen como hemos dicho las fortificaciones bajas de San Sebastián, el de más solidez o mejor defensa por la importancia de sus obras era el frente de tierra.
El frente de tierra por su poca extensión, por el apoyo marítimo de los flancos, por la solidez de sus obras y por la existencia de obras exteriores presentaba un valor defensivo de importancia, teniendo en cuenta los medios de ataque de aquella época.
Flaqueaba al considerar su situación respecto al terreno exterior; el Cerro de San Bartolomé situado a corta distancia era una excelente posición de ataque; las baterías que en él se situasen tenían acción eficacísima sobre todas las obras, pues la situación de aquéllas era dominante y podía batir de enfilada varias partes de las obras.
Por otra parte, las posiciones de la Zurriola ofendían gravemente a todo el flanco izquierdo del frente de tierra y a la cortina principal con fuegos de frente de enfilada y aún de revés en otros puntos.
En cambio el flanco derecho del frente estaba libre, por la bahía, pues no cabía que sufriese fuegos de una escuadra enemiga, mientras no estuviesen apagados los fuegos de las baterías del monte Urgull;y aún así, no hay posición de combate en la bahía, favorable a esa acción marítima.
De todos modos y a pesar de todos aquellos inconvenientes, a los que cabe oponerse en lo posible con traveses y procedimientos de desenfilada, ese grave inconveniente de situación no anulaba la importancia del frente en aquella época. Carecía de sistema de contraminas.
Todo lo contrario sucedía con el frente del Puerto. Si el de Tierra era fuerte por constitución, y débil por situación, éste era en extremo débil por su estructura, pero de gran importancia por su situación.
Un muro de dos metros de espesor, todo él al descubierto y un pequeño flanqueo aspillerado sin importancia en la puerta de mar. Esto era todo. pero este frente estaba libre del ataque lejano y del ataque próximo; para el primero faltaban posiciones pues la bahía tiene dimensiones sobradas para evitar en aquella época que se situasen baterías a distancia eficaz y el ataque próximo era imposible no sólo para columnas de asalto sino también para patrullas.
Los inconvenientes de los frentes Sur y Oeste, los reunía el frente de la Zurriola sin ninguna de sus ventajas. Allí había debilidad en las obras y debilidad en la situación. El muro que constituía la cortina, estaba todo él al descubierto; donde tenía más espesor no llegaba a 4 metros. Sus flanqueos eran deficientes, pues el baluarte de San Telmo era pequeño y fácil de destruir; y en peores condiciones estaban aún los cubos de Amezqueta y los Hornos.
El terreno exterior se prestaba muy bien a ataque lejano, tanto desde los arenales de la Zurriola como desde la falda occidental del monte Ulía; el foso natural de agua que formaba el Urumea perdía su importancia y dejaba de ser un obstáculo en la bajamar, pues era vadeable, su anchura era pequeña y además quedaba en seco la orilla izquierda en anchura suficiente para columnas de ataque que marchasen por esa orilla, o para las que vadeasen el río.
En la historia de las Fortificaciones e San Sebastián puede verse que siempre se tuvo en cuenta la debilidad de este frente y que para remediarlo se formularon en el siglo XVIII varios proyectos.
De haberse realizado, la situación de la Plaza hubiera variado muchísimo; pero todo quedó en proyecto, y felizmente, pues de otro modo, no es aventurado suponer que si la defensa hecha por los franceses en 1813, en condiciones tan defectuosas, fue tan enérgica y brillante, hubiera sido incomparablemente mayor y tal vez con éxito, si las obras proyectadas se hubiesen ejecutado.
CONTINUARÁ ............................
(OLAVIDE, ALBARELLOS, VIGÓN)
El frente de tierra por su poca extensión, por el apoyo marítimo de los flancos, por la solidez de sus obras y por la existencia de obras exteriores presentaba un valor defensivo de importancia, teniendo en cuenta los medios de ataque de aquella época.
Flaqueaba al considerar su situación respecto al terreno exterior; el Cerro de San Bartolomé situado a corta distancia era una excelente posición de ataque; las baterías que en él se situasen tenían acción eficacísima sobre todas las obras, pues la situación de aquéllas era dominante y podía batir de enfilada varias partes de las obras.
Por otra parte, las posiciones de la Zurriola ofendían gravemente a todo el flanco izquierdo del frente de tierra y a la cortina principal con fuegos de frente de enfilada y aún de revés en otros puntos.
En cambio el flanco derecho del frente estaba libre, por la bahía, pues no cabía que sufriese fuegos de una escuadra enemiga, mientras no estuviesen apagados los fuegos de las baterías del monte Urgull;y aún así, no hay posición de combate en la bahía, favorable a esa acción marítima.
De todos modos y a pesar de todos aquellos inconvenientes, a los que cabe oponerse en lo posible con traveses y procedimientos de desenfilada, ese grave inconveniente de situación no anulaba la importancia del frente en aquella época. Carecía de sistema de contraminas.
Todo lo contrario sucedía con el frente del Puerto. Si el de Tierra era fuerte por constitución, y débil por situación, éste era en extremo débil por su estructura, pero de gran importancia por su situación.
Un muro de dos metros de espesor, todo él al descubierto y un pequeño flanqueo aspillerado sin importancia en la puerta de mar. Esto era todo. pero este frente estaba libre del ataque lejano y del ataque próximo; para el primero faltaban posiciones pues la bahía tiene dimensiones sobradas para evitar en aquella época que se situasen baterías a distancia eficaz y el ataque próximo era imposible no sólo para columnas de asalto sino también para patrullas.
Los inconvenientes de los frentes Sur y Oeste, los reunía el frente de la Zurriola sin ninguna de sus ventajas. Allí había debilidad en las obras y debilidad en la situación. El muro que constituía la cortina, estaba todo él al descubierto; donde tenía más espesor no llegaba a 4 metros. Sus flanqueos eran deficientes, pues el baluarte de San Telmo era pequeño y fácil de destruir; y en peores condiciones estaban aún los cubos de Amezqueta y los Hornos.
El terreno exterior se prestaba muy bien a ataque lejano, tanto desde los arenales de la Zurriola como desde la falda occidental del monte Ulía; el foso natural de agua que formaba el Urumea perdía su importancia y dejaba de ser un obstáculo en la bajamar, pues era vadeable, su anchura era pequeña y además quedaba en seco la orilla izquierda en anchura suficiente para columnas de ataque que marchasen por esa orilla, o para las que vadeasen el río.
En la historia de las Fortificaciones e San Sebastián puede verse que siempre se tuvo en cuenta la debilidad de este frente y que para remediarlo se formularon en el siglo XVIII varios proyectos.
De haberse realizado, la situación de la Plaza hubiera variado muchísimo; pero todo quedó en proyecto, y felizmente, pues de otro modo, no es aventurado suponer que si la defensa hecha por los franceses en 1813, en condiciones tan defectuosas, fue tan enérgica y brillante, hubiera sido incomparablemente mayor y tal vez con éxito, si las obras proyectadas se hubiesen ejecutado.
CONTINUARÁ ............................
(OLAVIDE, ALBARELLOS, VIGÓN)
EL SITIO DE 1813 - LA PLAZA Y SUS DEFENSORES - Frentes de mar . Frente del Oeste.(Puerto)
FRENTES DE MAR_CORTINA OESTE (PUERTO) |
Al pie del muro y en su parte Norte está el Puerto, al cual se salía por la puerta de mar, indicada en el plano, defendida por un tambor aspillerado. La longitud restante del muro hasta el frente de tierra estaba bañado en la pleamar por las aguas de la bahía de la Concha.
CONTINUARÁ......
(OLAVIDE, ALBARELLOS, VIGÓN)
EL SITIO DE 1813 - LA PLAZA Y SUS DEFENSORES - Frentes de mar . Frente del Este (Zurriola)
FRENTES DE MAR_CORTINA ESTE (ZURRIOLA) |
En este punto, avanzado 10 metros sobre la cortina, estaba el pequeño baluarte de San Telmo, junto al Cuartel del mismo nombre; la cota de su terraplén, para una sola pieza, era de 24 metros.
Flanqueaba la cortina en una extensión de 190 metros. La cortina en toda la extensión desde este baluarte hasta el frente de tierra consistía en un sencillo muro completamente al descubierto. La coronación del muro con su pretil era el terraplén de circulación y al mismo tiempo el de combate. Adosados a él estaban las fachadas de las casas que formaban la calle de la Zurriola. A 190 metros del baluarte de San Telmo, se desviaba ligeramente la cortina hacia el Oeste en ángulo muy obtuso y continuaba así en longitud de 60 metros hasta el cubo de Amezqueta, que era una construcción de planta irregular, curva por el Norte y Este, y recta y quebrada por el Sur.Su capacidad era muy pequeña y tenía emplazamiento para dos piezas.
Por la gola de este cubo corría la cortina, desviándose aún más hacia el Oeste en una longitud de 36 metros hasta su encuentro con el cubo de los Hornos, construcción más pequeña que el cubo de Amezqueta, con emplazamientos para dos piezas; y por último terminaba la cortina después de cerrar la gola de este cubo, uniéndose a los 25 metros con el frente de tierra.
Tal era, tan sencilla y sin valor, la disposición de este frente.
CONTINUARÁ . . . . . . . .
(OLAVIDE, ALBARELLOS, VIGÓN)
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