BATALLA DE VITORIA (mapa) |
Pero, sobre todas las consideraciones, pesaba en el ánimo de Lord Wellington en la última decena de aquel mes de Junio, el estado de los asuntos políticos en el resto de Europa. Después de la batalla de Bautzen, habíase firmado el armisticio de Pleiswitz el 4 de Junio y, tras él, habianse iniciado por mediación de Austria unas negociaciones que podían conducir a una paz pactada a espaldas de Inglaterra, lo que habría permitido a Napoleón revolver fuerzas aplastantes contra el Ejército del Lord.
Convenía, pues, consolidar las ventajas adquiridas y asegurar la situación presente, y, en este sentido se orientaron las decisiones de Wellington, que propendía siempre - y muy discretamente, dada su situación respecto al gobierno inglés -a sustraer al azar cuanto de la prudencia y del cálculo pudiera alcanzarse. Así, adoptó sus disposiciones para perseguir a los núcleos dispersos del Ejército de José y para apoderarse de las plazas que dejaban guarnecidas a su retaguardia y, muy especialmente, de Pamplona y San Sebastián. En consecuencia, lanzó las tropas de Girón y Longa el día 22 por el camino real de Francia,por donde se retiraban penosamente los convoyes partidos el 19 y el 21 de Vitoria; el 23 les siguió el General Graham que entró en Guipuzcoa por el puerto de San Adrián; el 24 atacaron ambos grupos en Villafranca a las tropas francesas penosamente concentradas por Foy sobre la división Mancune; el 25, reforzados ya por Mendizabal les atacaron de nuevo ante Tolosa, forzándoles a retroceder sobre Andoain, donde permanecieron el 26 y el 27.
En tanto, el grueso de los aliados seguía al Ejército francés en la dirección de Pamplona, a cuyas inmediaciones llegó el 25; era el propósito de Wellington hacer el sitio de esta Plaza, limitándose, en tanto, y, por el momento, a bloquear la de San Sebastián. Se interrumpió, pues, la persecución y el mismo día 25 se reconoció la Plaza y ordenó Lord Wellington al Coronel Dickson, su Comandante de Artillería, enviase un oficial a Santander, donde estaba el tren de sitio, a bordo aún de los transportes, con instrucciones para dirigirlo a Deva y organizar allí el desembarque y el transporte a Pamplona; el Mayor Frazer, designado para este servicio, partió el 26. Pero el mismo día 25, se supo que el destacamento de Clausel, que se suponía en Tudela, se hallaba en Logroño; el 26, dejando la 2ª División ante la Plaza, marchó Lord Wellington con el resto de sus tropas sobre Tafalla y Logroño, persiguiéndole activamente, pero en vano, hasta el 28.
El 1º. de Julio estaba el Cuartel General, de regreso ya, en Huarte y recibió Lord Wellington la noticia del fracaso de la expedición de sir John Murray sobre Tarragona, que venía a modificar esencialmente la situación estratégica, pues dejaba a Suchet dueño de sus movimientos y en posibilidad de reunir considerables fuerzas sobre el flanco del Ejército aliado, acaso cuando este estuviese empeñado en una nueva lucha con el Ejército vencido, que aún ocupaba con no despreciables fuerzas el valle del Baztán y que, una vez internado en Francia, habría de reponerse pronto de los pasados quebrantos; persistir en el propósito de sitiar a Pamplona; lo que iba a exigir se desatendiese algo el flanco izquierdo, era exponerse a perder la facilidad de relaciones con el litoral cantábrico, precisamente en el momento en que un avance simultáneo del enemigo desde el Pirineo y por el valle del Ebro entraba en el orden de lo posible, y era, por tanto, exponerse a perder el fruto de la campaña. Ni a Wellington ni a sus auxiliares se ocultaban estos riesgos. El mismo día 1º. manifestó su resolución de desistir del proyectado sitio y de establecer solo el bloqueo de la Plaza, cuya ejecución iba a ser encomendada a las tropas españolas del Conde de La Bisbal. Se ordenó, pues, que se suspendiese el desembarque del tren de sitio y que los transportes regresaran a Bilbao.
CONTINUARÁ ..........
(OLAVIDE, ALBARELLOS,VIGÓN)